martes, 21 de junio de 2011

Verano en Becerril de la sierra (recuerdos)

Hace unos minutos ha entrado el verano, esta estación en mi niñez era de las que me entusiasmaba.
Preparábamos las maletas y nos trasladábamos a la sierra. Bueno lo de preparar la maleta no era tan sencillo, normalmente trasladábamos media casa pues las del pueblo no estaban casi acondicionadas. Había que llamar a un transportista, Palomino, que recogía las bultos en casa y te los dejaba en la plaza del pueblo.
Veraneábamos en Becerril un pueblo serrano, cerca de Madrid. Allí pasábamos tres meses.
Nuestras vacaciones no eran como ahora que llamas a un hotel y te reservan las habitaciones que necesitas para la familia y no tienes que preocuparte de más, no, antes no era tan sencillo.
 En mayo mis padres se acercaban al pueblo y alquilaban una casita más o menos apañada, según como estaba la economía, y después de San Pedro y San Pablo allí que nos íbamos toda la familia incluido el abuelo y una tía jovencita que era otra hija para mi madre. 
Nuestra familia se componía, como está mandao, de padre, madre y tres hijos, el primer año que fuimos a Becerril, pero poco a poco la familia fue aumentando hasta llegar a siete hijos. 
Al tiempo que la familia crecía los hijos también lo hacíamos y fuimos aumentando colateralmente, novios, novias, tíos, amigos que venían a visitarnos, en fin que la casa no es que creciera, pero como si fuera chicle se estiraba y allí tenia cabida todo aquel que se acercase. 
Fueron años felices en nuestra vida, no hablo solo por mi, hablo por toda la familia y por los amigos que por la casa pasaron. 
Mis padres Luis y Amparo allí fueron felices, mis abuelos Antonio y Leonor, mis tíos Leonor y Antonio que eran casi de nuestra edad con los que hacíamos peleas de agua o con periódicos enrollados y que mi madre nos reía la gracia como deseando estar ella en el lio.
Nos fuimos casando y seguimos por años yendo a Becerril  hasta que un día aquello se terminó, la familia creció y muchos queríamos ver otros mundos, otras orillas.
Pero nunca podremos olvidar los veranos de nuestra niñez.   

viernes, 10 de junio de 2011

Refrán

Hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo
Mañana es cuarenta y uno ¿nos podremos quitar el sayo y vestir de veranito?