domingo, 26 de diciembre de 2010

Mis figuritas del Belen.

    Las primeras figuritas del Belén las compramos a los pocos meses de casarnos. Son unas figuritas de barro muy bien trabajadas, clásicas, y fueron la alegría de nuestras Navidades. Recuerdo que las poníamos en un estante de la biblioteca del salón con su corcho y sus luces.

Nuestro primer belén consistía en el misterio, los reyes, el pastor con sus ovejas, la lavandera, un pescador, una familia en la que la pequeña bailaba y los padres tocaban instrumentos, y una figura a la que llamamos la samaritana pues lleva un pequeño cántaro en las manos y que yo me traje de casa de mis padres.

Con el paso del tiempo este Belén fue aumentando en cantidad de figuras y en extensión, todos los años comprábamos una figura nueva en la Plaza Mayor, una anunciación, un gachero, más pastores, el herrero, el panadero.... Hicimos el puente que cruzaba el río con agua corriente, el pozo para la samaritana, la huerta para el huertano, el horno para el panadero y hasta el Portal lo hicimos de cerámica precioso, y así fue creciendo y creciendo.

Llegó el momento en que las primeras figuritas se quedaron un poco pequeñas y  decidimos comprar un misterio mas grande. ¿que hacer con el antiguo misterio?  No podía retirarlos y los colocaba muy cerca del niño Jesús dentro del portal pero me parecía que los estaba rebajando de categoría, y todos los años me quedaba con penilla. Ya esta Navidad  he dado entidad a estas figuras se han convertido en Santa Ana y San Joaquín. Parecerá tonto pero me he quedado más tranquila.  Felices fiestas a todos.

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